Yonhy, el flautista polifacético

Yonhy Lescano es un veterano político activo tan antiguo como la actual democracia. Su impresionante capacidad de supervivencia no se explica por la calidad de su producción legislativa, sino por su indiscutible habilidad para acomodarse a la siempre convulsionada política peruana.

Hazaña que habría sido imposible de lograr si el autodenominado defensor de los consumidores no poseyera ese alucinante polifacetismo político que lo caracteriza. Y es que en realidad no existe un único Lescano, sino varios; y, por lo general, estos Lescanos se conflictúan entre ellos con ideas que se contraponen unas con otras.

Por ejemplo, tenemos al ‘Yonhy estatista’, que quiere crear una aerolínea de bandera (Gestión: 23.02.21), el cual vive en permanente discordancia con el ‘Yonhy promercado’, quien prefiere alentar a las empresas privadas a ponerse la camiseta y salir a buscar vacunas (Gestión: 02.03.21).

O al ‘Yonhy fijador de precios’, que quiere crear un organismo para regular el precio de los medicamentos (Andina: 04.02.21), quien mira con recelo al ‘Yonhy capitalista wanna be’, quien plantea seguir el ejemplo de los países “capitalistas europeos”, para que el Gobierno verifique hasta cuánto sería deseable cobrar por una medicina sin contravenir las leyes de mercado (RPP: 28.02.21).

El polifacetismo de Lescano, si bien le sirvió para construir su capital político, es inconveniente para enrumbar al país hacia el desarrollo, en caso de que “ganen” las elecciones presidenciales. Reflexionemos. ¿Qué podemos esperar si esta horda de Yonhys, que no pueden consensuar un norte entre ellos, llegan a Palacio? ¿Cuál sería el Yonhy que nos gobernaría?

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