El avance de las tecnologías viene transformando diversos mercados, como es el caso de la televisión. Hoy, las plataformas OTT como Netflix, Amazon Prime, y Disney+ han dejado de ser complementos de la televisión convencional (de señal abierta y paga) y se han convertido en sustitutos. Frente al avance de estas plataformas, a la que acceden alrededor de la mitad de la población peruana (52% según Datum), la competencia entre los actores de este mercado ha pasado de llevar la señal a la mayor cantidad de pantallas de los usuarios, a diferenciarse por los tipos de contenidos que ofrece, donde por cierto el consumidor es el principal beneficiado.
El componente central de esta competencia es la exclusividad. “La Casa de Papel” solo la podemos ver en Netflix, “Soul” en Disney+, toda la Eurocopa en DirecTV, o el campeonato de fútbol peruano en Movistar. Esta exclusividad es la que dinamiza la competencia entre los operadores y permite que actividades que por su naturaleza no son masivas y, por tanto, están fuera del radar publicitario, puedan sostenerse a través de la comercialización de exclusividades.
Es así que podemos tener en pantalla contenidos educativos y culturales como “El Último Bastión”, que empezó en TV Perú con un importante éxito que le permitió llegar a ser parte de la parrilla de Netflix y que hoy ha propiciado que se geste una nueva producción sobre nuestra independencia republicana para ser transmitida por un canal de señal abierta. En suma, la exclusividad ha generado una mayor y cada vez mejor oferta de contenidos incentivando la innovación y logrando que un gran número de peruanos accedan a los mismos.
Llama la atención, en este contexto de plena transformación del mercado de TV paga, que el Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Opsitel) haya publicado el mes pasado una resolución que declara a Telefónica del Perú como proveedor importante en el servicio de TV Paga en 10 mercados regionales, entre ellos Lima y Callao. Esta medida, entre otros puntos, dispone que la citada empresa tenga que revender sus servicios a otros proveedores, lo que representa una amenaza para la sostenibilidad de los generadores de contenidos, como los productores del Último Bastión.